lunes, 31 de agosto de 2015

Booktube

No voy a ser yo quien diga que los adolescentes que se graban a sí mismos en sus habitaciones hablando sobre libros (sí, normalmente de género juvenil) son eminencias en el campo de la literatura, aunque si alguien se parara a investigar BIEN el tema descubriría que algunos de hecho tienen EXPERIENCIA LABORAL en el campo editorial (Josu Diamond de Libros por Leer como lector editorial) y algunos como traductores e, incluso, ESCRITORES, o que están estudiando Literatura (Fa Orozco, la del “acento gracioso” estudia Letras Mexicanas en su país), pero sí voy a mostrar mi asombro total ante la manera en que se aborda desde algunos medios de comunicación de éste, nuestro país, el tema de los booktubers.

Voy a empezar aclarando qué es booktube (con una definición coherente y con contenido, no como en los programas que he visto o escuchado) porque me parece necesario: booktube es una comunidad de youtube formada por jóvenes lectores que suben o ven vídeos que hablan de literatura y que dan su opinión acerca de éstos; también hacen otras cosas, como mostrar sus compras para compartirlas, o hacer un “tour” por los libros de sus estanterías o hacer retos, concursos y juegos, todo ello relacionado con el mundo de la literatura. Es cierto que en su mayoría se trata de literatura juvenil, pero también (repito: INVESTIGACIÓN) hay vídeos hablando sobre clásicos literarios tales como Tolkien, Kafka, el Gran Gastby, Jane Austen… En realidad hay bastante para elegir, si os paráis a mirar.

Esta comunidad comenzó en el youtube de habla inglesa, se extendió por Latinoamérica (donde hay algunos jóvenes mundialmente conocidos en los países de habla hispana, sobre todo de México, donde iniciaron el movimiento) y más tarde se extendió hasta llegar a España. Algunos tienen decenas de miles de seguidores (como Fa: dos ciento mil personas que leyendo y haciendo una comunidad de eso, normalmente jóvenes o adolescentes, y normalmente de nuestro país u otros latinoamericanos) y otros tienen menos, pero aún así son personas capaces de reunir a CENTENARES de jóvenes y adolescentes en la Feria del Libro de Madrid para hablar de literatura, algo que les apasiona a todos ellos.

No voy a ser yo la que niegue que la literatura juvenil no está a la “altura” de clásicos literarios universales como las obras de Jane Austen, de Julio Verne, los cuentos clásicos como Peter Pan, o poemas épicos como la Odisea o la obra de grandes como Kafka, Cortazar, Dostoyevski o incluso algunos contemporáneos, de géneros de lo más variopintos. Pero, señores, seamos realistas, ¿sí? Ahora mismo la literatura juvenil en todos sus subgéneros es de la más leída. Nuestros niños españoles devoran libros con ansia y utilizan las redes sociales y los medios digitales con los que han crecido para hablar de sus hobbies como otros comparten lo que hacen en el gimnasio, los platos que cocinan o la música que escuchan. Entiendo, por supuesto, que hay “mierda” en la Literatura Juvenil, pero dar por hecho (desde medios de comunicación, o algo así, que ni siquiera se DOCUMENTAN) que el género entero es “mierda” me parece algo completamente dañino, cuando hay mierda repartida, y de sobra, en todos los géneros. Conozco muchos cuentos infantiles que son joyas, que enseñan valores magníficos, que se pueden disfrutar, porque la literatura no va de ser el más complejo, el más profundo o el más nada. Se trata de narrar historias, de lanzar mensajes. Conozco pocos libros de literatura juvenil (y es un género LLENO de títulos) que contengan mensajes dañinos: quizás no te gusta Cazadores de Sombras, pero contiene parejas homosexuales normalizadas y maravillosas; tal vez no te entusiasme John Green, pero habla de los debates de los jóvenes en su adolescencia, una etapa muy dura, habla de situaciones graves, del valor y de la lealtad. Posiblemente no te gusten muchísimos libros que quizás encuentres infantiles, o algo así, pero también he de decirte que yo, como lectora, leo a Cortázar y después a John Green, disfruto de las aventuras de Harry Potter y me entusiasma el estilo irónico y crítico de Jane Austen. Lloro con la Odisea y también me devoro libros de un montón de autores y autoras de juvenil, como la que ha escrito los Juegos del Hambre, que, por cierto, tiene un mensaje político muy fuerte e impulsa a los y las jóvenes que pueden ser manipulados a tener ideas propias y seguir su propio ideario. Me horrorizo con 1984 al mismo tiempo que me sorprendo con Divergente y no pienso sentirme mal por eso. Me encanta el estilo pausado y recargado de Tolkien y las novelas de una mujer llamada “Arcoiris" en inglés. Me encanta la literatura. Me encantan los romances de María Dueñas, adoro a Virginia Woolf, sigo entusiasmada con la existencia de García Lorca y Aleixandre. Leo teatro clásico griego y también me encantan las intrigas de “Pequeñas Mentirosas”. Maggie Stiefvater es una joya que pongo a la altura de mis autores clásicos favoritos, y si no la has leído, te lo recomiendo.

Los libros “juveniles” me han enseñado tolerancia, a sobrellevar los debates mentales de la adolescencia, a sobrepasar las fronteras de mi imaginación, a simplemente disfrutar una tarde leyendo, o dos o tres, hasta el punto de aventurarme después con todos esos clásicos que he dicho antes, con La importancia de llamarse Ernesto, con la Rayuela, con Cien Años de Soledad y con Truman Capote. Me deprimió leer El lobo estepario y me ha marcado profundamente Calderón de la Barca. Leer juvenil también me ha hecho cuestionarme cosas, cosas que me han llevado a Marx, a Platón, a coger con entusiasmo a Kant, a leer sobre “la importancia de las palabras” de Locke. Busco sinónimos a menudo, me interesa aprender idiomas para poder captar las metáforas, tanto de Tolkien como de John Green y no veo vergüenza alguna en eso. Ninguna.

Muchos jóvenes son como yo: leemos más juvenil porque es más fácil de consumir, pero leemos en el tren, en casa, en todas partes. Aprendemos de personajes, de tramas, de escenarios, de personalidades, de debates internos. Argumentamos. Al principio mal, después mejor. Hablamos entre nosotros: “creo que este personaje no lo hace bien, pero comprendo sus motivos”, ¿no es eso empatía, algo bastante escaso hoy día? Hablamos en twitter de los límites de la libertad de expresión, y poco a poco vamos desarrollando nuestro propio juicio. Al principio consumimos todo, y cada vez somos más exigentes. Tengo 20 años, leo desde los  7 y creedme: mi gusto se ha refinado bastante. Pero sigo leyendo juvenil. Porque me gusta, y sé que no está a la altura de Cortázar, que en serio me encanta; pero me entretiene, me divierte, me siento identificada con algunas cosas (y con otras no, por supuesto) y eso es todo.

Soy perfectamente respetable, y no es ego: tengo muy claras ciertas cosas. Que leo mucho, que amplío mi vocabulario, que aprendo inglés leyendo, que en la variedad está la riqueza y que alternar entre clásicos y juvenil, o leer solo juvenil, no me hace menos capaz intelectualmente. Me ha enseñado, fíjate, a escuchar antes de juzgar, algo que nadie hace en cierto programa de AlacantiTV cuando hablan de “Fa se quiere mucho” y analizan el “fondo extraño” de su habitación mientras ella habla con mucha coherencia sobre el libro.

Me entretienen los booktubers, Me gustan sus análisis, los de unos más que los de otros. Comparto más opiniones con Fa que con Esme, me encanta que Josu Diamond haga el ridículo porque me río, porque entre risas está haciendo un discurso coherente analizando muchas partes de lo que lee: la trama, la relación entre los personajes, el estilo de escritura. Josu dice que le gusta el estilo simple. Bueno: es eso, un gusto. ¿Por qué es peor eso que algo recargado y complejo cuando es una persona que ha leído lo suficiente para tener un juicio propio y saber cuál disfruta más? Tiene solo 18 años, miles de seguidores, y sabe más de la industria literaria que un montón de gente, todo gracias a su pasión. Y no es el único, sucede con muchos. Sí, hablan de los libros que les emocionan. Sí, abren paquetes que les llegan y hacen un vídeo de eso (¿y acaso es malo ver su emoción, ver la devoción, la reverencia con la que cogen un libro, lo tocan, hablan de él, de su portada, de lo que saben de él y de lo que esperan? ¿Acaso tiene algo de malo que hagan juegos sobre libros, que no solo lean sino que consuman películas y series, que sean más capaces de apreciar que aquellos que les critican que una historia puede ser tan bien narrada en cómic, como en novela, como en poesía, como en película, como en serie? Que alguien me lo explique porque no lo entiendo).

Hacen concursos. Las editoriales les ceden libros, ellos los dan. Los jóvenes participan, a veces haciendo cosas, a veces no. Los adolescentes ponen su ilusión en crear cosas y se descubren a sí mismos y si es una moda, me encanta. Podríais escucharles. Podríais escucharnos. Sí, nos gustan los grandes best sellers. Hoy día, hasta la literatura “adulta” está llena de best sellers, hasta los clásicos que nos llegan, nos llegan porque se convierten en best sellers. Sí, por supuesto, tienen algo de ego. No se avergüenzan de leer, no se avergüenzan de su opinión ni su aspecto y los jóvenes al otro lado de la pantalla no los critican, los comprenden, los admiran, los toman como referentes literarios y leen más. Hacen amigos en la red con los que hablan de libros, de personajes. Se inician debates, se enfrentan posturas, se van formando personas que tendrán empatía, que sabrán expresarse, que mirarán más allá de la portada, que llevarán la pasión por las letras toda su vida.

Y os metéis con ellos.

No voy a criticar los programas concretos porque no merecen la pena. No necesito meterme con nadie. He dado mi punto de vista, y eso era lo que quería hacer. Pero si alguien del programa de AlicantTV o Mara Islandia me explica a qué ha venido todo su discurso (mal hilado, mal expresado y bastante poco explicativo, profundizando de poco a nada en el tema, cuando se para a analizar con poca investigación detrás el fondo de la pared de alguien que está hablando o se habla de egos, o “¿esto es gracioso?” mientras se hacen chistes insulsos sobre bocadillos de mortadela, por cierto) y por qué la literatura juvenil es tan mierda. Te caen “simpáticos” pero ni siquiera respetas sus gustos literarios. A lo mejor soy yo que no entiende estas cosas, porque no soy muy versada o algo, pero me parece que no has sabido ser clara con tu mensaje, ¿no? Has ofendido, con razón, y en twitter veo que sigues ofendiendo. Los libros juveniles también me han enseñado a aceptar los errores y pedir perdón.

Consejo booktube: antes de criticar un libro, léelo.

PD. Viendo la actitud de la persona que ha hecho la crítica y que ahora defiende que “los está recomendando” quiero dejar algo claro: no se recomienda desde la condescendencia, asegurando que es algo vergonzoso de lo que se arrepentirán, vamos, digo yo.
PD2. Y NO voy a analizar el contenido racista hacia Fa Orozco (el acento es gracioso, a pesar de que es mexicana... ) porque sería meterse en arena de otro costal y por mucho que lo niegues, lo cierto es que está grabado.