lunes, 9 de marzo de 2015

La felicidad NO existe

Hoy me he dado cuenta de que nos exigen que seamos felices. Nos exigen que tengamos muchos amigos, que hagamos muchas cosas, que aspiremos a un montón más. Nos exigen hasta que sonríamos todo el tiempo, por amor de Dios. Quieren que seamos felices. Felices en las fotos, felices en clase, felices hasta cagando porque si no eres feliz en algún momento probablemente alguien se eche las manos a la cabeza y te diga que tienes que cambiar algo de tu vida para conseguir esa maravillosa felicidad eterna por la que los pajaritos cantan, el sol brilla incluso en los días de tormenta y todo va siempre bien y siempre te sientes genial, capaz de todo, acompañado de un montón de gente y con un futuro brillante y un presente esplendoroso, y las cosas que fueron mal en el pasado son lecciones que ayudan a crecer ahora y blablabla. Chorradas. ¿Sabéis qué os digo? Que yo reivindico mi puto derecho a ser infeliz y no sentirme ni culpable, ni acomplejada ni rara por ello. Porque, de verdad, seamos un poco realistas: TODOS tenemos complejos, TODOS nos sentimos solos de vez en cuando, TODOS nos enfrentamos a no saber qué hacer y cerrar los ojos, soñadores, pensando en lo mucho que nos gustaría abandonarlo todo y marcharnos a una cabaña en el bosque o una casa en la playa o cualquier sitio que nos guste. Es algo normal sentirnos de bajón, aburrirnos como ostras los domingos por la tarde, pensar de vez en cuando en esos amigos que resultaron no ser tan buenos y, yo qué sé, llamadme loca, no tener malditas ganas de sonreír. 

Lo que no entiendo es por qué deberíamos sentirnos culpables por eso, por qué deberíamos acomplejarnos y sentirnos aún peor al pensar que somos afortunados y no tenemos derecho a no estar dando saltos de alegría en todo momento, que otra gente parece más feliz y que algo debemos estar haciendo mal para ser los únicos que lo pasan mal. Bueno, para empezar: ¿en serio os tragáis que alguien sea SIEMPRE feliz?, ¿en serio pensáis que ése que sale más o menos o se le da mejor esto o lo otro tiene que ser necesariamente más feliz por tener una vida que socialmente se considera mejor, o que en un momento puntual parece mejor, o que ha conseguido algo que tú no tienes? ¿No podemos estar a gusto con lo que tenemos, con lo que estamos viviendo, no podemos aprovechar lo que hay aceptando que no siempre va a estar todo bien, pero también que no siempre va a estar todo mal? ¿No podemos pensar que si prefiero jugar videojuegos no es peor que ser ultramegaproductivo y hacer cien mil cosas? Joder, uno disfruta y se relaja con cosas diferentes que el resto, y no todos necesitamos lo mismo para ser felices. 

En vez de acomplejarnos porque cómo vamos a llamar a ese amigo que parece todo el día de juerga y seguro que no tiene tiempo para mí, o preocuparnos porque tenemos que ponernos las pilas así que vamos a dejar de leer y vamos a estar todo el día haciendo cosas que nos valgan para rellenar currículum; en vez de seguir mirando las fotos sonrientes en los perfiles de los demás preguntándonos cómo es posible que nosotros no tengamos esas vidas, esas sonrisas (y olvidando, claro, nuestra propia carpeta llena de sonrisas, besos, momentos y recuerdos), ¿por qué no nos ponemos a leer un libro, o salimos a correr, o llamamos a alguien para ir al cine o simplemente nos quedamos en casa vagueando porque nos encanta vaguear? Y a lo mejor nuestra vida no es una puta historia de Hollywood pero joder, ¿por qué debería serlo? Las películas de Hollywood no son reales: la ficción está llena de extremos; un director de teatro me dijo una vez que los actores nos movemos mejor en extremos porque no vamos a contar una historia cualquiera de una vida real, sino que vamos a contar algo simplemente imposible pero verosímil en una hora, y eso requiere extremos; lo que contamos por las redes sociales, los momentos que después recordamos cuando somos abuelos... también eso son extremos, solo una ínfima parte de todo lo demás. En vez de perseguir el imposible podríamos disfrutar de la normalidad, simplemente vivirla sin sofocarnos porque no es la vida superultramega feliz que se supone que hay que vivir. Chicos y chicas, esto es como con los ideales imposibles de belleza: por algo se llaman imposibles. ¿En serio vamos a amargarnos porque nos tragamos el cuento de que tenemos que conseguir algo que no existe? 

Joder, se puede ser feliz incluso cuando a veces eres infeliz. Tenemos derecho a serlo. La vida no es tan simple como para definirla en una palabra de mierda.